David

David, significa Amado. (c.1015-c.961a. de C.).

Fue el segundo Rey de Israel, rey de Judá e Israel, fundador de la dinastía de Judá. El Antiguo Testamento recoge numerosos relatos de sus hazañas, en especial los libros de Samuel, Reyes y Crónicas. Se menciona unas ochocientas veces en el A.T. Solo a este varón es atribuido el nombre, es decir, nadie mas en en la Biblia se le menciona con el nombre de David, probablemente para dar a conocer el linaje de Jesús.

David era el hijo más joven de Isaí de un total de 8 hermanos, nieto de Rut y Booz, fue un pastor de Belén desde temprana edad y en dicha región pasó su juventud cuidando los rebaños de su padre. Adquirió fama por sus aptitudes musicales y por su valentía, que alcanzó visos legendarios por su enfrentamiento contra el gigante filisteo Goliat. A medida que crecía su reputación, fue convocado a la corte, donde Saúl, primer rey de Israel, le nombró su escudero. Tras cubrirse de gloria en las guerras contra los filisteos, desposó a Mikal, hija de Saúl, y se ganó la amistad de Jonatán, su cuñado. Sin embargo, su creciente popularidad despertó la envidia del monarca, quien le expulsó de la corte. David pasó el siguiente periodo de su vida en el exilio, a la cabeza de una banda de guerreros que cobraban tributo a los terratenientes de Judá. Tras una estancia en la ciudad de Adul.lam, cercana a Jerusalén, y en los desiertos de Judá, entró al servicio de Akis, rey de la ciudad filistea de Gat. Como recompensa a su colaboración con Akis, éste le nombró gobernador de la ciudad de Siquelag.

David regresó a su país natal tras la muerte de Saúl, Jonatán y otros dos de los cuatro hijos del rey en una batalla contra los filisteos. Coronado rey de Judá en Hebrón, gobernó allí durante siete años, hasta aproximadamente el 993a.C., cuando fue ungido rey de Israel. A partir de entonces, David derrotó en rápida sucesión a filisteos, moabitas, arameos, idumeos y amonitas, consolidó con ello la independencia de Israel y amplió enormemente sus dominios. Una de sus principales conquistas fue la de la fortaleza jebusea de Sión, a la que convirtió en núcleo de su capital, Jerusalén, a menudo llamada Ciudad de David. Allí construyó su palacio e instaló, bajo un tabernáculo, el Arca de la Alianza, con lo que Jerusalén pasó a ser el centro religioso y político de los territorios unidos bajo su persona.

Durante el sitio de Rabbá Amón (actual Ammán, Jordania), la capital amonita, David cometió adulterio con Betsabé, esposa del militar Urías, de cuya muerte fue indirectamente responsable. El episodio, que suele considerarse el mayor pecado de su vida, fue seguido de repetidos problemas con sus hijos, uno de los cuales -Absalón- murió durante una rebelión que había organizado contra su padre. Los últimos años del reinado de David estuvieron marcados por los problemas familiares, sobre todo por la disputa con el mayor de sus hijos sobrevivientes, Adonías, surgida tras haber designado a Salomón (nacido de su unión con Betsabé) heredero del trono.

David fue un guerrero valiente y un líder notable. Mostró una devoción religiosa a toda prueba, de ahí que David sea el símbolo del coraje y de las aspiraciones de su pueblo, cuyos profetas le consideraron el modelo del Mesías prometido. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Lc. 1,32), se hace referencia al Mesías como Hijo de David. La tradición le atribuye la autoría de 73 poemas de Salmos. Sin embargo, los especialistas sostienen que se trata de una afirmación dudosa. El islam también venera a David como profeta.