Nabucodonosor

El rey de la ciudad de Babilonia (605–562 a.C.) frecuentemente mencionado por los profetas Jeremías, Ezequiel, y Daniel, y en la historia de los últimos días de Judá. Su nombre en hebreo es transliteración del babilonico que significa quizá "Nabu ha protegido los derechos de sucesión". La versión griego Nabojodonosor es una forma no desacertada del nombre.

Según la Crónica babilónica este hijo del fundador de la dinastía caldea, Nabopolasar, primeramente comandó el ejército bab. como "prícipe heredero" en las luchas en el Norte de Asiria en el 606 a.C. Al año siguiente derrotó a Necao II y a los egipcios en Carquemis y Hamat (2 R. 23.29s; 2 Cr. 35.20ss; Jer. 46.2). En esta época conquistó la totalidad de Hatti" (Siria y Palestina, así la Crónica babilonica; 2 R. 24.7). Daniel se encontraba entre los rehenes tomados a Judá (Dn. 1.1), donde Joacim se encontraba en su cuarto año de reinado (Jer. 36.1). Estando en el campo de lucha Nabucodonosor se enteró de la muerte de su padre y emprendió el regreso a través del desierto a reclamar el trono babilónico, al que ascendió el 6 de septiembre del 605 a.C.

Al año siguiente, el primero de su reinado, Nabucodonosor recibió tributo en Siria de los reyes de Damasco, Tiro, Sidón, y otros, entre ellos Joacim, que habría de permanecer como fiel vasallo por sólo 3 años (2 R. 24.1; Jer. 25.1). Ascalón se negó y fue saqueada. En la campaña del 601 a.C. los babilonios fueron derrotados por Egipto, tras lo cual Joacim transfirió su lealtad, a pesar de la advertencia de Jeremías (27.9–11), a los vencedores. Cuando reconstituyó su ejército Nabucodonosor asaltó a las tribus árabes de Cedar y el Este del Jordán en 599/8 a.C., como lo había predicho el mismo profeta (Jer. 49.28–33), como preparación para subsiguientes represalias contra Joacim y Judá (2 Cr. 36.6). Así en su séptimo año Nabucodonosor "marchó a Palestina y sitió la ciudad de Judá, la que capturó el segundo día del mes de Adar" (= 16 de marzo del 597 a.C.). Luego "se apodero de su rey y designó a un rey de su propia elección, habiendo recibido un fuerte tributo que mandó a Babilonia". Esta captura de Jerusalén y su rey Joaquín (hijo y sucesor de Joacim), la elección de Matatías-Sedequías como su sucesor, y la toma de botín y prisioneros, conforman el tema del relato que se registra en 2 R. 24.10–17. Nabucodonosor llevó los vasos del templo al templo de Bel-Marduk en Babilonia (2 Cr. 36.7; 2 R. 24.13; Esd. 6.5). Los cautivos tomados en Judea fueron trasladados alrededor del mes de abril del 597, en "la primavera del año" (2 Cr. 36.10), que marcaba el comienzo de su octavo año de reinado (2 R. 24.12). Joaquín y otros cautivos judíos se mencionan en inscripciones de Babiloma fechadas en los años de este rey babilónico.

En el 596 a.C. Nabucodonosor luchó contra Elam (Jer. 49.34), y al año siguiente dominó una rebelión en su propio país. A partir de entonces faltan los textos históricos babilonicos, pero en sus años 17º-19º volvió a hacer campañas en el Oeste. Desde su cuartel general en Ribla dirigió las operaciones que condujeron al saqueo de Jerusalén en el 587 a.C. y la captura del rebelde Sedequías (Jer. 39.5–6; cap(s). 52). Por un tiempo el sitio fue levantado, cuando Apries, sucesor de Necao II de Egipto, invadió Fenicia y Gaza (Jer. 47.1). En el 23º año de Nabucodonosor (582) se ordenó una nueva deportación de judíos a Babilonia (Jer. 52.30). Por este tiempo también se llevó a cabo el sitio de Tiro, de trece años de duración (Ez. 26.7).

Un texto babilonico fragmentario relata la invasión de Nabucodonosor a Egipto en 568/7 a.C. (Jer. 43.8–13). Ya que es poco lo que se conoce todavía sobre los últimos treinta años de su reinado, no hay corroboración de su ataque de locura ocurrido durante 7 meses (o "tiempos"), que se registra en Dn. 4.23–33. Con la ayuda de su mujer Amitis, emprendió la reedificación y el embellecimiento de su capital Babilonia. Siendo hombre religioso, reedificó los templos de Marduk y Nabu con muchos santuarios en la ciudad de Babilonia, y proporcionó ofrendas y vestimentas para las estatuas divinas en forma regular (la imagen de oro de Dn. 3.1). También restauró templos en Sippar, Marad y Borsippa, y se jactó de sus logros, especialmente en los dos muros de defensa, la puerta de Istar, el zigurat, y la vía sagrada para las procesiones, que atravesaba su propia ciudad, a la que proveyó de canales nuevos (Dn. 4.30). Algunas de sus obras arquitectónicas fueron catalogadas entre las siete maravillas del mundo. Herodoto designa tanto a Nabucodonosor como a Nabonido (556–539) con el nombre de Labineto. Nabucodonosor murió en agosto-setiembre del 562 a.C. y fue sucedido por su hijo Amel-Marduk (Evil-Merodac).