Esaú (velludo, porque «era todo velludo como una pelliza», Gn 25.25).
Hijo mayor de Isaac y Rebeca, gemelo de Jacob. También se llamaba Edom, que significa «rojo», por haber comprado el guiso rojo de Jacob (25.30). Era una persona del campo, adiestrado en la caza y el hijo predilecto de su padre (25.27, 28). Pero la supremacía de su hermano menor la predijo Dios antes de su nacimiento (25.23).
En la historia sagrada se le conoce por dos actos que revelan la debilidad de su carácter:
1) por haber vendido su primogenitura y
2) por haber perdido la bendición de su padre.
Cuando Esaú volvió cansado del campo, vendió su primogenitura a Jacob por un potaje. De esta manera sacrificó los privilegios y derechos que le correspondían como hijo mayor (25.27–34). Luego, Jacob, engañando sutilmente a su anciano padre, le arrebató a Esaú la bendición paternal. Airado, Esaú resolvió matar a Jacob, quien se vio obligado a huir (27.1–46). Veinte años después, Esaú se reconcilió con su hermano cuando este regresó de Padan-aram con su familia.